3. Modificaciones
propuestas para SABER 11°
En primer lugar se propone —de acuerdo con lo expuesto anteriormente— estructurar el examen SABER 11° sobre el eje de la evaluación de competencias genéricas. Esto se puede lograr a través de la fusión de algunas de las pruebas actuales alrededor de las competencias que evalúan en común, y mediante la distinción en el interior de algunas pruebas de aquello que es genérico frente a lo que no lo es. Concretamente, se propone:
• Fusionar las pruebas de Lenguaje y de Filosofía en una prueba de
Lectura Crítica. Por un lado, desde la reestructuración del examen
realizada en el año 2000 la prueba de Filosofía está orientada hacia la
evaluación de competencias de lectura crítica. No exige conocimientos propios
de la historia de la filosofía, y los conceptos filosóficos involucrados se
explican brevemente en la formulación de las diferentes preguntas. Por otro
lado, la prueba de Lenguaje evalúa competencias que, al final de la educación
media, deben haber alcanzado el nivel propio de la lectura crítica. La
diferencia entre las pruebas de Lenguaje y de Filosofía concierne entonces
únicamente el tipo de textos que se utilizan: textos filosóficos en la prueba de filosofía.
• Fusionar las pruebas de Física,
de Química y de Biología en una prueba de Ciencias
. Las tres pruebas actuales difieren en algunos de los conocimientos y temas que involucran, pues corresponden a diferentes áreas disciplinares. Sin embargo, evalúan un mismo tipo de competencias.
. Las tres pruebas actuales difieren en algunos de los conocimientos y temas que involucran, pues corresponden a diferentes áreas disciplinares. Sin embargo, evalúan un mismo tipo de competencias.
• Incluir el área de Ciencia, Tecnología y Sociedad en la nueva prueba
de Ciencias, y responder así a lo que se encuentra establecido en los
Estándares.
• Reemplazar la prueba de Ciencias Sociales por una que incluya la
evaluación de Competencias Ciudadanas: Sociales y Ciudadanas. Por un
lado, se han desarrollado pruebas de Competencias Ciudadanas para SABER PRO,
SABER 5° y SABER 9° y, por otro lado, se tiene una prueba de Ciencias Sociales
en el examen SABER 11° actual. Ahora bien, esas pruebas evalúan unas mismas
competencias e involucran algunos conocimientos y temas comunes. En esa medida,
puede realizarse una evaluación conjunta de Sociales y Ciudadanas. Sin embargo,
también es cierto que el ejercicio de las competencias en el contexto de las
ciencias sociales involucra algunos conocimientos no-genéricos propios de esas
ciencias. Por esta razón, la prueba arrojaría dos resultados: uno de
Competencias Ciudadanas, derivado de la evaluación de contenidos genéricos
exclusivamente, y uno de Sociales, derivado de la totalidad de la evaluación
(contenidos genéricos y no-genéricos).
Es importante señalar que la
incorporación de la evaluación de competencias ciudadanas responde además a una
necesidad apremiante: desde hace varios años constituyen una línea central de
la formación en todas sus etapas. El ICFES ha invertido entonces esfuerzos
importantes en esta dirección, y desde 2012 cuenta con pruebas de competencias
ciudadanas consolidadas que han demostrado cumplir cabalmente con su objetivo
evaluativo. Este no es un logro menor, si se tiene en cuenta que dada la
naturaleza de este tipo de competencias es muy difícil evaluarlas, y más aún
mediante pruebas de selección múltiple.
• Distinguir en la prueba de Matemáticas entre aquello que es
genérico (el razonamiento cuantitativo) y aquello que no lo es, y producir dos
resultados: uno de Razonamiento
Cuantitativo derivado de la evaluación de contenidos genéricos
exclusivamente, y uno de Matemáticas,
derivado de la totalidad de la evaluación (contenidos genéricos y
no-genéricos).
En segundo lugar, se propone
introducir en el examen SABER 11° tres mejoras y acompañarlas con la
divulgación de las especificaciones de cada una de las pruebas que lo
constituirían. De esta manera aumentaría la confiabilidad del examen. Estos
puntos se describen a continuación.
La primera mejora
consistiría en incluir más preguntas
por prueba pues, como vimos anteriormente, a mayor número de preguntas
mayor la confiabilidad. En efecto, el examen actual no alcanza niveles
plenamente satisfactorios de confiabilidad debido al bajo número de preguntas
(24) que incluye cada prueba. Esta situación ha sido identificada por los
análisis estadísticos desarrollados por el ICFES, y fue reportada en un informe
realizado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico). Ahora bien, podría pensarse que aumentar el número de preguntas por
prueba traería un aumento en la extensión del examen y, con ello, un aumento en
la carga de esfuerzo de los evaluados28. Sin embargo, recordemos que también se
propone fusionar algunas de las pruebas actuales. En esa medida, resulta
posible aumentar el número de preguntas por prueba sin aumentar la longitud del
examen.
La segunda mejora sería la inclusión de preguntas abiertas.
El ICFES ha desarrollado en los últimos años la capacidad de aplicar preguntas
abiertas de respuesta corta —aquellas que se responden en dos líneas a lo sumo—
en un examen censal como lo es SABER 11°. Gracias a la presencia de preguntas
abiertas, como vimos, se reducirían las distorsiones derivadas de la
posibilidad de responder correctamente una pregunta por azar, y se reduciría el
efecto de la preparación artificial. Nótese que reducir el efecto de este tipo
de preparación es algo muy positivo. La preparación artificial, por un lado,
pervierte el objetivo de la educación: desarrollar competencias académicas; y
por otro, afecta la veracidad de los diagnósticos que se establecen a partir de
los resultados de los exámenes.
28 Conviene minimizar la
carga de esfuerzo que el examen exige por parte del evaluado hasta donde sea
posible, siempre y cuando pueda mantenerse una alta confiabilidad de sus
resultados. En efecto, si el esfuerzo que debe hacer un estudiante para
diligenciar una prueba excede sus capacidades, este se ve obligado en cierto
punto a responder al azar o a dejar sin respuesta una serie de preguntas. Los
resultados obtenidos no informan entonces sobre aquello que se buscaba
establecer: qué competencias y conocimientos tiene el estudiante.
La tercera mejora
consistiría en eliminar del examen el
componente flexible. En primer lugar, incluir módulos opcionales no es
consistente con la idea de que un examen sea estandarizado. Como vimos, las
ventajas de la estandarización se derivan precisamente del hecho de que todos
los evaluados presentan el mismo examen. En segundo lugar, los resultados que
arroja el componente flexible no contribuyen para el objetivo del examen de
seleccionar estudiantes para la educación superior. Por un lado, como se señaló
anteriormente, es el desarrollo de
competencias genéricas en el colegio lo que resulta fundamental para el éxito
en la educación superior, y la evaluación debe entonces centrarse en
diagnosticar esas competencias. En efecto, los análisis comparativos realizados
por el ICFES de los resultados individuales de algunos estudiantes que
presentaron los exámenes SABER 11° y de su desempeño en la educación superior,
apoyan firmemente la siguiente tesis: al evaluar la educación media, los
resultados que conciernen a competencias genéricas son mejores predictores del
desempeño en la educación superior que los que conciernen a lo no-genérico. Por
otro lado, encuestas realizadas con las oficinas de admisión muestran que menos
del 15% de instituciones de educación superior se sirven de los resultados de
esas pruebas. En tercer lugar, en la medida en que las competencias evaluadas
con las profundizaciones y los módulos interdisciplinares no son de carácter
genérico ni se derivan de los Estándares (por esa razón constituyen un
componente flexible), su eliminación tampoco impacta negativamente los otros
dos objetivos del examen: medir el valor agregado de la educación superior
frente a la media y evaluar la calidad de la educación media. De hecho, esas
pruebas no se utilizan para monitorear la calidad de la formación impartida por
las instituciones ni para clasificarlas en categorías de rendimiento. En la
medida en que todas las instituciones deben evaluarse sobre la misma base,
únicamente se tienen en cuenta las pruebas que todos los estudiantes toman.
Ahora bien, la alineación de
SABER 11° y la introducción de las tres mejoras expuestas irían acompañadas de
la divulgación de las especificaciones de cada una de las pruebas que lo
conformarían.
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